Pese a ser uno de los ecosistemas marinos más ricos del planeta, la abundancia de peces que suele caracterizar a la corriente de Humboldt ya no es la misma que antes. Esto es palpable no solo en las grandes pesquerías que han convertido al mar de Chile y Perú en el área pesquera más productiva del mundo, sino que también nivel costero.
Al conversar con pescadores artesanales, de vez en cuando afloran relatos protagonizados por peces litorales que hasta hace poco proliferaban en las aguas de las Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB) de la costa de la zona centro de Chile. Especies emblemáticas como la vieja negra (Graus nigra), el pejeperro (Semicosyphus darwini) y el acha (Medialuna ancietae) han ido declinando notoriamente sus poblaciones y hoy parecen encontrar refugio únicamente en los recuerdos de las comunidades costeras.
En reiteradas oportunidades, los científicos han levantado alertas sobre el estado de conservación de este grupo de peces de roca, conscientes que desde hace al menos cinco décadas viene operando una pesquería artesanal y recreativa costera sin ningún tipo de manejo pesquero, bajo un régimen de libre acceso y sin restricciones de captura.
Es por ello que hace algunas semanas parte del equipo de Fundación Capital Azul fue invitado a participar de un taller organizado por The Nature Conservancy (TNC) Chile para la implementación del proceso FishPath enfocado en las pesquerías recreativa y comercial de peces litorales. Se trata de un proceso pensado para apoyar pesquerías que tienen pocos datos o que son muy difíciles de manejar por sus contextos socioecológicos, como es el caso de las pesquerías costeras, donde no hay datos suficientes para hacer una evaluación del estado de situación de una forma tradicional.
El objetivo del taller fue establecer que el ensamble conformado por entre 17 y 20 especies de peces litorales respondería a una medida de manejo similar, considerando que la herramienta FishPath, a partir de la información con la que se cuenta (por más escasa que sea), entrega las mejores opciones de manejo posibles dentro de la universalidad de estrategias descritas por la literatura científica. En el evento participaron expertos de diferentes ONGs, la academia y la institucionalidad pública.
“Básicamente, lo que hicimos es entender que todos los involucrados coinciden en que la veda temporal es la mejor estrategia hoy en día para este conjunto de especies, no evaluado como ensamble, pero sí de forma individual”, explica Natalio Godoy, científico del programa de conservación de Océanos de TNC.
El paso que viene ahora es definir de forma más específica qué significa una veda temporal, lo que, entre otros aspectos, deberá determinar si es que se considerará durante tres meses a las 17-20 especies del ensamble, o bien si se realizará por grupos de especies para evitar cerrar por completo la pesquería, medida que a fin de cuentas podría resultar contraproducente.
“Nuestra estrategia es que una vez que tengamos refinados los resultados, podamos presentar algo un poquito más tangible a la comunidad”, aclara Godoy, pensando en disponer de la mejor información tanto a los usuarios como a la institucionalidad.
Natalio Godoy conoce de cerca el trabajo de Capital Azul, y destaca el gran valor que subyace detrás de un modelo innovador en Chile para la sustentabilidad de los ecosistemas marino-costeros. “Siento que toma una relevancia fundamental, sobre todo cuando son Refugios Marinos establecidos por las propias comunidades, y no hay mejor ejemplo que ver al dirigente de Zapallar muy motivado, y no solo con su gente, sino que con la sociedad. Tenemos una oportunidad para empujar a la institucionalidad desde las bases en términos de lo que significa el cuidado”, sostiene el biólogo marino.
“Los Refugios Marinos se han transformado en herramientas para entender mejor el sistema, y son co-manejados por las comunidades, que le dan un valor enorme. Y probablemente los peces responden positivamente a ese tipo de medidas. Ese es un proceso interesante: cómo una comunidad local es capaz de organizarse y construir un modelo innovativo de conservación marina”, añade Godoy.
Con respecto a los siguientes pasos del taller FishPath enfocado en las pesquerías recreativa y comercial de peces litorales, el científico de TNC es consciente que se trata de un proceso de largo aliento que depende de muchos factores, pero espera de aquí al 2025 contar con un producto consensuado y con estructuras más sólidas de difusión hacia las comunidades costeras para continuar avanzando hacia la sustentabilidad.
“Los Refugios Marinos se han transformado en herramientas para entender mejor el sistema, y son co-manejados por las comunidades, que le dan un valor enorme. Y probablemente los peces responden positivamente a ese tipo de medidas. Ese es un proceso interesante: cómo una comunidad local es capaz de organizarse y construir un modelo innovativo de conservación marina”.
Natalio Godoy, científico del programa de conservación de Océanos de TNC