Un anfiteatro natural rodeado de cerros donde todavía persiste el bosque esclerófilo, Caleta Zapallar es uno de los más icónicos balnearios de Chile central. Sus orígenes se remontan a 1847, cuando el sector es declarado puerto menor para comercio y cabotaje. Pocos años después, en el año 1860, fue fundada la Caleta Zapallar por los hermanos Pablo y Romualdo Olmos.
Corría el año 2020 cuando el Sindicato de Trabajadores Independientes Pescadores Caleta Zapallar acordó, de manera voluntaria y con el apoyo de Fundación Capital Azul, el establecimiento de un Refugio Marino dentro del Área de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB) denominada Zapallar A. El Refugio Marino, una zona marina con fines de conservación, que posee una superficie de poco más de 12 hectáreas, se ubica en el sector conocido como Isla Seca, al que se puede acceder caminando desde la playa principal en dirección norte (como dirigiéndose hacia Papudo) por la icónica costanera zapallarina.
A través del convenio de colaboración, entre otras medidas, el sindicato impone una prohibición de extracción en el Refugio Marino, la cual se aplica a sus propios miembros y a cualquier otro pescador, así como también al público general. Parte de lo que se busca es la restauración del ecosistema y las especies que allí habitan, pudiendo generar así un efecto rebase (spillover) que a la larga beneficiará al AMERB y otras zonas aledañas.
El Refugio Marino de Zapallar fue el primero del programa de Refugios Marinos en entrar en Fase de Socialización. Esto se produjo mediante su inauguración oficial el 4 de diciembre de 2021 con un evento que invitó a toda la comunidad local a sumarse a esta iniciativa de conservación marina con una serie de actividades recreativas, deportivas, educativas y culturales.
Cada año se festeja el aniversario del Refugio Marino de Zapallar como una manera de mantener viva la participación y el involucramiento de la comunidad. Asimismo, de manera periódica se realizan visitas de establecimientos educacionales de la comuna y sus alrededores, así como de otros grupos y colectivos, a la caleta y al Refugio Marino. Estas experiencias de educación ambiental han tenido el acompañamiento del equipo de Capital Azul para fortalecer el trabajo con diferentes públicos.