Las sedes de los Sindicatos de Pescadores de Ventanas y Maitencillo fueron el escenario del 2do Encuentro Internacional de Refugios Marinos, un evento organizado entre Fundación Capital Azul y The Nature Conservancy (TNC) Chile con apoyo de BHP Foundation y el Instituto Milenio SECOS, y la colaboración de los sindicatos de pescadores artesanales asociados al programa de Refugios Marinos liderado por Capital Azul.
Recientemente reconocidos en la Ley Bentónica como Zonas Voluntarias de Protección, los Refugios Marinos son una figura de conservación que se implementa al interior de las Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB), un régimen de acceso que otorga derechos exclusivos de explotación a agrupaciones de la pesca artesanal.
Por lo mismo, al tratarse de un modelo de conservación liderado por comunidades, este Encuentro estuvo una vez más protagonizado por quienes se dedican a la pesca artesanal, tanto de las regiones de Valparaíso y Los Ríos, como de distintas localidades de México, acompañados por representantes de ONGs, instituciones públicas, consultoras y la academia.
El martes 5 de noviembre, el primer día del evento, el foco estuvo en los desafíos en torno al marco regulatorio y cómo avanzar hacia la implementación de las Zonas Voluntarias de Protección en un conversatorio encabezado por Fundación Capital, representantes de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) y la consultora Bitecma.
“Este año los Refugios Marinos ya dejaron de ser un experimento: se encuentran reconocidos en la ley. Y la mejor manera de que esa figura no quede en el papel es generando alianzas con las autoridades y servicios públicos. Nuestro desafío ahora es darle fuerza trabajando de manera conjunta”, sostuvo Rodrigo Sánchez Grez, Director Ejecutivo de Fundación Capital Azul.
El miércoles 6 de noviembre, en tanto, el evento se centró en dos temáticas. En la primera de ellas, se ahondó en la metodología de trabajo y las implicancias detrás de los monitoreos de biodiversidad que se realizan para medir el impacto que trae en la vida marina y en la restauración de los ecosistemas marino-costeros la implementación de los Refugios Marinos, además de la importancia de la interpretación de estos datos para evaluar los alcances de esta medida de manejo que, de acuerdo a la experiencia internacional, permitiría generar, entre otras cosas, un efecto spillover o rebalse que aumenta la productividad del área extractiva contigua a la zona destinada a la conservación.
“Ha sido muy interesante el intercambio de experiencias que hemos tenido con la finalidad de ir fortaleciendo la conservación de las especies marinas”, comentó Eugenio Silva Pinto, socio fundador del Sindicato de Pescadores de Caleta Ventanas, agregando que los Refugios Marinos “son de gran ayuda para el aumento de la biomasa de las Áreas de Manejo y también de las áreas aledañas”.
Por su parte, la segunda temática abordó la vigilancia costera, y a través de varias mesas de trabajo sirvió como una instancia para recoger desafíos y oportunidades en torno a este tema que no solo atañe a los Refugios Marinos, sino que también al régimen de las AMERB. Mientras tanto, el jueves 7 de noviembre, el último día del evento, el trabajo se centró en seguir cosechando ideas y perspectivas de los propios participantes, para mejorar el programa de Refugios Marinos en otras áreas.
“Ha sido muy interesante el intercambio de experiencias que hemos tenido con la finalidad de ir fortaleciendo la conservación de las especies marinas”.
Eugenio Silva Pinto
Socio fundador del Sindicato de Pescadores de Caleta Ventanas
UNIDOS POR EL MAR
El 2do Encuentro Internacional de Refugios Marinos estuvo marcado por la presencia de pescadores y pescadoras de México, provenientes de los estados de Baja California Sur, Yucatán y Quintana Roo, quienes estuvieron acompañados por dos representantes del equipo técnico de Comunidad y Biodiversidad (COBI), una organización que desde hace poco más de dos décadas promueve la conservación marina y el manejo sostenible de los recursos pesqueros de la mano de las comunidades costeras, utilizando para ello una figura similar a la de los Refugios Marinos que Fundación Capital Azul ha estado incentivando a implementar en Chile.
A través de unos gabinetes de curiosidades marinas o stands, además de varias instancias recreativas pensadas para abrir espacios de diálogo, pescadores y pescadoras de La Polcura, Cachagua, Maitencillo, Ventanas y Huiro pudieron intercambiar experiencias de manera directa con sus pares y representantes de otras organizaciones vinculadas a la pesca artesanal.
“Fue una muy bonita experiencia conocer personas que traen ideas y visiones de otras partes. Me voy fascinada, y con la meta de dar a conocer más el trabajo que estamos haciendo con nuestro Refugio Marino, de ir a visitar a las juntas de vecinos, clubes de adulto mayor y otras organizaciones sociales para involucrarlos: ese es mi desafío, difundir y concientizar a las personas para cuidar y proteger más el Refugio Marino”, comentó Silvia Otárola Altamirano, integrante del Sindicato de Pescadores de La Polcura, ubicado en la entrada norte de la región de Valparaíso.
Carmina Salinas Ivan, de la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera Emancipación del estado de Baja California Sur, se mostró esperanzada con el trabajo que se está haciendo en Chile. “Siento que van por muy buen camino, solo es cuestión de afinar ciertos detalles, y poco a poco, con el grado de conciencia que se vaya generando, los pescadores se irán empoderando con este tipo de proyectos, y cuando lo hagan parte de ellos van a tomar una fortaleza que va a ser vital para continuar con sus pesquerías por muchos años más”, dijo.
“No solamente estamos hablando de beneficios para las pesquerías, sino que también beneficios comunitarios, y para lograr que esto pueda permear a las otras generaciones, es muy importante no solo trabajar con los pescadores, sino que a nivel comunitario para crear pertenencia con este espacio que están cuidando entre todos. Ese es uno de los retos importantes”, complementó Alesa Flores Guzmán, bióloga de COBI.
Pese a la distancia, países como Chile y México se encuentran unidos por un mismo gran océano, y así es como también los desafíos son muy similares en ambos países. Y como una experiencia extra, antes de partir de regreso a su tierra natal, la delegación mexicana pudo bucear en el Refugio Marino de Ventanas para ver con sus propios ojos la recuperación de ese espacio marino-costero. Hoy, quizá más que nunca, Chile y México parecen unidos en una navegación con rumbo fijo a la sostenibilidad marina, buscando alcanzar impactos positivos tanto en el medio ambiente como en las comunidades costeras que dependen del mar.